Cuando adquieras un ramo de flores debes fijarte que los extremos del tallo no estén oscuros o viscosos; que el polen no se esté desprendiendo y que los pétalos no estén tornándose transparentes o ligeramente amarronados, sobre todo si se trata de tulipanes, lirios o narcisos.
Debes elegir los capullos a punto de abrirse, te durarán más tiempo, pero sin que estén cerrados, ya que sino nunca se abrirán.
La excepción a esta regla son los narcisos, son los únicos capullos cerrados que se abrirán en el florero y se conservarán así más tiempo.
Fuente: Guia de Jardineria.