Fue el 24 de junio de 2020, el día más frío del año en El Trapiche. 19:15 horas, noche solitaria de invierno en la localidad turística que se vacía cuando no es temporada de vacaciones. La escarchilla había congelado el agua del río y las piedras del borde, ese río y esas piedras sobre las que Roque Arrieta tiró a Verónica desde la pasarela del puente y que quebraron sus huesos.
Como consecuencia tuvo fractura de platillo tibial derecho y de muñeca izquierda, cuatro cirugías con clavos y prótesis, 6 meses en silla de ruedas, un año y medio de rehabilitación. Secuelas de por vida.
El expediente caratulado "Averigüación de femicidio en grado de tentativa" cambió a "lesiones graves calificadas por mediar violencia de género y por el vínculo". La fiscal Virginia Palacios considera que cuatro años de prisión es suficiente para penalizar el delito del agresor que provocó que el horror entre en la vida de Verónica.
La fiscal manifestó que el metro noventa de altura de la pasarela implica que Arrieta no tuvo la intención de asesinarla, desestimando que, una vez que la arrojó, la dejó abandonada fracturada y en el agua congelada, antes de gritarle "te voy a cagar matando, hija de puta", manifiesta Cecilia Betervide.
El tribunal -integrado por José Luis Flores, Adriana Lucero y Jorge Sabaini Zapata-, tendrá ahora diez días hábiles para pronunciarse sobre si es procedente la aplicación del juicio abreviado.
"El ya cumplió casi dos años en la cárcel, si se aprueba esta condena le quedan dos años más y sale libre", finalizó la hija de la víctima.
Móvil Ayelén Britos