El conductor, al notar presencia de humo, no dudo en detener la marcha. Al descender, junto a la mujer que lo acompañaba, dejaron a un menor dentro de la silla en el asiento trasero, y el cierre centralizado se activó cuando las dos puertas delanteras se cerraron.
El pedido de auxilio no se hizo esperar, las llamas, una explosión y la desesperación de ambos padres quedó de manifiesto, pero lograron sofocar las llamas y abrir el auto para consolar los llantos del menor y bajar las pulsaciones de los adultos.
Trabajó en el lugar personal de bomberos de la Policía y personal de Comando Radioeléctrico. Los daños materiales fueron importantes, no hubo heridos de gravedad.