NODIO no es más que el relanzamiento de tareas que la Defensoría del Público viene desarrollando desde su creación (tiene un apartado propio en la ley de medios de 2009 y está vigente porque el DNU 267/2015 no alteró en lo más mínimo ese organismo).
La Defensoría del Público tuvo un presupuesto de al menos 170 millones de pesos este año, y para 2021 tendrá 266 millones de pesos, según el proyecto de presupuesto enviado al Congreso. En la defensoría trabajan al menos 150 empleados, la mayoría de los cuales proviene del partido Nuevo Encuentro (de Martín Sabbatella) y de organizaciones políticas universitarias que gestionan la carrera de Comunicación de UBA desde hace años. Que se sepa no se realizaron concursos públicos para esas contrataciones.
Miré las casi dos horas que dura el panel de lanzamiento. La exposición de la ex socia de Fopea, Adriana Amado, es la única que presenta datos, números y estadísticas sobre el fenómeno de la desinformación en el mundo (que contradicen en gran medida el miedo que se genera en torno de expresiones como infodemia y demás). Es llamativo que Amado sólo haya participado en su intervención, sin consultas posteriores (y con un nivel de hostilidad en el chat bastante llamativo para gente preocupada por el discurso de odio).
Los demás expositores se limitaron a decir que la desinformación es un fenómeno atribuible a la \"derecha\", el \"neoliberalismo\", el \"capitalismo\", etc. Muy pocas veces (por no decir ninguna) se mencionó la Constitución nacional pero sí se propuso la criminalización de la \"información no veraz\". Se atacó, sin nombrarlo a nuestro socio Daniel Santoro, volviéndolo a acusar de connivencia con espías y jueces para perseguir a gobiernos populares (a esta altura ya no sabemos por qué está procesado Santoro en la causa de Dolores y a esta gente tampoco le importa mucho). Por supuesto, hubo argumentos insistentes contra el diario Clarín y el grupo Clarín, como ha sido costumbre del kirchnerismo desde la crisis agropecuaria de 2008 (que fue recordada por uno de los panelistas).
Todo el discurso de 2008 y 2009 -que en su momento debatimos con tanta intensidad en este foro- vuelve a estar vivo: la híperconcentración y los medios hegemónicos (curiosamente, mientras se dice que no hay pluralidad de voces, la semana próxima se abrirá la séptima señal de noticias 24 horas en el país -dicho sea de paso, hay poca información sobre el financiamiento de esos medios-). Es abrumador el desconocimiento del ecosistema digital que evidenciaron algunos de los disertantes. El universo de las plataformas pretendió analizarse desde el \"mayo del 68\", literalmente.
Este panel contra las fakenews y lanzamiento de NODIO resultó, paradójicamente, un largo catálogo de fakes (como la presunta prisión sin causa de la dirigente Milagro Sala o una supuesta persecución judicial y mediática contra la vicepresidenta, a quien se refieren como \"presidenta\" sin aclarar si actual o ex o si lo es de algún organismo en particular).
Es interesante que los casos de persecución contra ciudadanos comunes en función de sus posteos en redes (una de las pocas referencias a la libertad de expresión digital) se haya limitado a algunos casos durante el gobierno anterior, omitiendo un buen número de casos ocurridos también durante la actual administración. En general, eso es especialmente preocupante de la iniciativa NODIO: la libertad de expresión parece un derecho exclusivo de quienes adhieren a \"gobiernos populares\", \"progresismo\" o \"izquierda\" -por usar la terminología empleada en ese foro- y no un derecho universal, transversal a las ideologías y adhesiones partidarias.
La actual defensora del Público, Miriam Lewin, a quien la CD le acaba de pedir una reunión sin dejar claro antes la posición de Fopea, fue socia de nuestra entidad y renunció a ella durante la crisis conocida como el episodio de \"los chechenos\", un grupo de socios que intentó cooptar el foro organizando sus intervenciones y planificando una suerte de asalto que quedó al descubierto al filtrarse sus intenciones. El chechenismo era un sector abiertamente kirchnerista que terminó renunciando a Fopea. Varios de ellos recalaron en la función pública o en medios oficiales o paraoficiales del kirchnerismo.
En Fopea entramos todos, pensemos lo que pensemos, mientras estemos de acuerdo en asegurar la libertad de expresión y de prensa, la defensa del periodismo profesional, la ética y la calidad periodísticas y la capacitación permanente.
María Seoane, también participante del foro de lanzamiento de NODIO, era socia fundadora de Fopea. Cuenta la leyenda que cuando fue designada al frente de Radio Nacional durante el primer kirchnerismo, juró su cargo sobre/por nuestro código de ética, semanas antes de renunciar a Fopea y volverse luego una crítica feroz.
Damián Loreti y Glenn Postolski son ex directivos de la carrera de Comunicación de UBA y militantes de la ley de medios de 2009. El panel en cuestión se celebró el pasado 9 de octubre, 11vo aniversario de la sanción y promulgación de aquella norma. Loreti es el redactor de la versión original de aquella ley. Postolski es hoy funcionario de la Defensoría.
Recordada por haber entregado como decana el premio Rodolfo Walsh al dictador Hugo Chávez en 2011, también expuso en el panel Florencia Saintout, preocupadísima por el \"recrudecimiento de los discursos de odio de manos de las derechas\". Y cerró la mesa Jorge Alemán (cuando entienda lo que quiso decir tal vez pueda hacer alguna referencia).
Agrego todo eso porque me parecen datos relevantes para sostener que el discurso y el modelo detrás de NODIO es el de Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde sólo puede existir un periodismo de Estado al servicio del gobierno al servicio de sus ideas (en el mejor de los caso) o de sus negocios (algo más frecuente). Como bien estudió el presidente de Fopea en Cuba -donde estuvo detenido- allí sólo existe periodismo militante (revolucionario) y lo demás se persigue. El mismo modelo se replica en Venezuela, donde el periodismo no oficial es asfixiado. No es casual que la primera ley de medios de la región sea venezolana y se llame \"Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión\" (en todos estos casos la censura siempre llegó envuelta en un halo de bondad, transparencia y beneficio popular). Aquella ley Resorte fue imitada en varios países que, afortunadamente, fueron revisando y corrigiendo esas regulaciones (Argentina, Ecuador, Bolivia y Uruguay, por ejemplo).
NODIO es un mensaje concreto de lo que ya ocurrió en muchos otros países y de lo que podría venir. Si el Estado quiere mejorar la calidad de la información pública tiene dos primeros pasos urgentes e inmediatos que dar: 1) profesionalizar y hacer más plurales los medios públicos (que volvieron a estar al servicio del partido del gobierno, o de facciones de ese partido) y 2) abrir la información pública con detalle para poder procesarla (por ejemplo, seguimos esperando que se publiquen los datasets de reparto de la publicidad oficial para poder verificar si es cierto lo que sostienen las planillas manipuladas que se distribuyeron en los últimos meses).
La tibieza de Fopea en estos temas: 1) libertad de expresión, 2) medios públicos, 3) acceso a la información pública es inédita y empieza a ser preocupante. Cuando vemos pronunciamientos claros y contundentes de otras organizaciones, Fopea sigue en silencio. Me sumo a los que piden un pronunciamiento alto, claro y contundente. Pocas organizaciones tienen en Argentina el prestigio y la autoridad de la nuestra para reclamar por la autoregulación y la búsqueda de la calidad en el periodismo profesional.
Quien quiera ver el panel de presentación de NODIO y sacar sus propias conclusiones, puede hacerlo en https://youtu.be/reC_k9AjDa0 (está como video no listado y estará disponible mientras la Defensoría no lo baje de su canal).
Saludos
José Crettaz