Un alfajor con café; una barrita de cereal con mate cocido; un jugo envasado con galletitas; estos son algunos de los ejemplos de desayunos más habituales -y prácticos- que consume la población argentina, adultos y niños, a diario.
Pero ¿cuán importante es seleccionar los alimentos que realmente ayudan a nuestro organismo en este momento del día? “Cuando desayunamos alimentos ricos en azúcares simples y refinados, se eleva muy rápido el azúcar en sangre y así también se consume. Por lo tanto, se pasa de tener un pico de azúcar a no tener nada; toda esa energía que la persona tuvo en un primer momento, al rato, ya no está. Se siente cansada y tiene hambre otra vez”, explica Lic. Estela Mazzei, Nutricionista (MP 6371).
La sobrecarga de actividad que tiene el páncreas cuando consumimos ese “práctico” y excedido desayuno en azúcares al paso, es impactante. Y sobre todo a largo plazo. “El páncreas reacciona con una hiperinsulinemia –hormona que produce el páncreas para sacar el azúcar en sangre-. Pero llega un momento en que, si la persona no detiene o modifica este hábito, el páncreas se agota y se genera insulino resistencia y después de años aparece la diabetes tipo 2, así como otras enfermedades crónicas. Por eso, los nutricionistas hacemos tanto foco en no llevar ese tipo de alimentación”, enfatiza.
Se deben evitar alimentos ultra procesados como:
- Galletitas envasadas dulces o saladas
- Cereales azucarados con aditivos y colorantes
- Pan blanco
- Barritas de cereales
- Budines
- Jugos de caja
- Alfajores
- Facturas
- Turrón